La iglesia más viajera del Camino de Santiago se encuentra en Portomarín (Lugo), sobre el camino francés. Portomarín es un pueblonuevo. De esos que hizo construir Franco para poder decir eso de “queda inaugurado este pantano”. A inicios de los años 60 se empezó a construir la presa de Belesar sobre el río Miño y los habitantes de Portomarín, situado a la vera del caudal, tuvieron que buscar una nueva ubicación loma arriba.
El nuevo pueblo quedó terminado para 1963, cuando la presa entró en funcionamiento y las aguas empezaron a inundar el pueblo viejo. De todos los pueblos nuevos construidos durante el régimen, posiblemente Portomarín fue aquel en el que se puso más cariño, acondicionando unas calles porcheadas, unas viviendas acordes con el estilo gallego y conservando aquello que fue posible salvar, como la iglesia-fortaleza de San Nicolás.
La iglesia de Portomarín fue construida por los caballeros de la Orden de Malta en el siglo XII
Se trata de una iglesia del siglo XII construida por los caballeros de la Orden de Malta, quienes habían establecido una base en Portomarín. El lugar era el único punto para el peregrino donde era posible cruzar el Miño. Con la desaparición del pueblo original, se consideró que la iglesia debía ser salvada, y fue desmontada piedra a piedra y reconstruida en el centro del nuevo pueblo. Las obras del traslado de la iglesia viajera duraron cuatro años y fue uno de los trabajos más significativos de deslocalización de un monumento en España.
De hecho, si el peregrino se fija bien apreciará que las piedras tienen unos números amarillos, que son los que pintaron los maestros de obras para que, tras el traslado, la iglesia les saliera igual que la original.
En los años sesenta el templo fue desmontado piedra a piedra y reconstruido en el centro del nuevo pueblo
Junto a la iglesia, otros edificios también fueron trasladados, como por ejemplo el gran arco de entrada por el que el caminante accede al pueblo, que en su día era parte del puente medieval. Aún hoy, cuando bajan las aguas del embalse, reaparecen como fantasmas las ruinas del pueblo viejo y el antiguo puente sobre el río.